De origen latinoamericano y con un profundo llamado al servicio, he dedicado parte de mi vida a la salud, al servicio comunitario y al crecimiento espiritual. Desde muy joven sentí un fuerte llamado a ayudar, especialmente a quienes más lo necesitaban. Ese llamado me llevó a estudiar enfermería, y en 1993 obtuve el título de licenciatura con especialización en salud materno-infantil. Comencé mi carrera en una zona de conflicto activo, brindando atención a heridos en medio del caos de la guerra. Esos años fueron profundamente formativos, no solo en lo profesional, sino también en lo humano, al presenciar la fragilidad y, al mismo tiempo, la impresionante resiliencia del ser humano. Después de ese intenso periodo, me incorporé a programas materno-infantil, apoyando servicios para mujeres y niños. Eventualmente, mi camino me llevó al extranjero, donde trabajé en salud comunitaria. Fue entonces cuando empecé a identificar un patrón clave: detrás de gran parte del sufrimiento físico existen heridas emocionales y espirituales ignoradas, no atendidas. Esta comprensión despertó en mí el deseo de ofrecer un apoyo más integral. Así nació mi interés por la consejería, lo que me llevó a reflexionar en nuevas formas de servicio. En 2010 atravesé una de las experiencias más dolorosas de mi vida, un desafío profundamente personal que puso a prueba mi fe y mi fortaleza. Sin embargo, en medio de ese valle oscuro encontré la gracia de Dios, experimentando sanidad y nuevas fuerzas para seguir adelante. Esa experiencia no solo fortaleció mi vida espiritual, sino que también me dio una comprensión más compasiva del dolor, la fe y la esperanza. En 2022 obtuve un diploma en consejería cristiana, así como certificaciones en cuidado pastoral y coaching en salud mental. Estas herramientas han enriquecido mi capacidad para acompañar a otros, no solo como profesional de la salud, sino también como oyente empática y guía espiritual. Con décadas de experiencia en el ámbito de la salud y un constante crecimiento emocional y espiritual, hoy deseo acompañar a quienes buscan sanidad y transformación. Hablo español, francés e inglés, y ofrezco un espacio seguro, con un enfoque basado en la fe, para personas de diversos orígenes. Miembro activa de la Orden de Enfermeras de Quebec, del Colegio de Enfermeras y Parteras de la Columbia Británica, y de la Asociación Americana de Consejeros Cristianos.